jueves, 6 de agosto de 2009

Crítica de cine: La piedra mágica



Tras la locura que fue Planet terror, el filme de zombies y de la chica con pierna de metralleta, Robert Rodríguez vuelve al cine infantil, pero sin retroceder un ápice en su maximalismo. Esta es una historia con ritmo de montaña rusa, sin linealidad ni ley alguna, y desordenada como la memoria de quien cuenta la historia.
Toe Thompson, un niño que es víctima del maltrato escolar, ve que su vida cambia tras encontrar una colorida piedra que cumple todos los deseos. A partir de ese momento, se sumarán otros personajes y sus ridículos deseos harán aparecer minúsculos extraterrestres, cocodrilos bípedos e incluso un bebé telepático.

La idea es resaltar (sin esforzarse tanto) el egoísmo de los vecinos de un lujoso suburbio, donde los adultos no sueltan el blackberry y los niños el joystick. Todo siempre envuelto en un estimulante revoltijo visual situado entre los Looney Tunes (las viejas "aventuras animadas de ayer y hoy") y Los padrinos mágicos. Aunque no se advierte mayor esfuerzo en términos de claridad, la cinta tiene una desfachatez hiperquinética que podría conectar con los niños de hoy.
Se mastica por poco rato, pero salva.
Director: Robert Rodríguez.
Con: Jimmy Bennett, Jake Short, Jolie Vanier, William H. Macy, James Spader y Leslie Mann.
Duración: 89 minutos.
Género: Infantil.
Producción: EEUU/Emiratos Árabes Unidos, 2009.
Calificación: Todo espectador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario